Demencia y Delirio.

Demencia y Delirio.

Las televisiones y los libros advierten sobre ellos, ayudan a que les teman. Si ha oído hablar sobre ellos, sabrá porque les tienen miedo. Habrán oído de sus ataques psicóticos, ilusiones, paranoias y alucinaciones. Sin embargo, no habrán oído sobre su ejercito que emana de la locura, (y créanme cuando les digo, que eso sí que es para temer) y con embargo acechan sobre nuestras cabezas, buscando el dulce néctar de la verdad que solo algunos logran saciar. (Para que me entiendan, aquí no hay elegidos con súper poderes, aquí hay desenvolupadores mentales.)

Demencia y Delirio habitan en el cielo de ningún lugar, donde no pasa el tiempo, pero pasan los días. La sociedad temblando de miedo intenta hacerles creer que pierden el tiempo. Probablemente jamás los hayan visto.

Al anochecer los súbditos de Dioniso danzan eufóricos y fluyen en éxtasis invocando para si mismos la realidad. Cuerpos químicos en trance abren sus canales iluminando en oscuras noches los cielos más estrellados. La (des)lucidez mental juega un papel importante, (y sí, leyeron bien, digo juega, porque esto no es más que el juego de vivir), crean dos mundos, famosos por su diccionario mágico de sinónimos y antónimos. A cada ser, más Ícaro, sin control y con ansiedad, volando cerca del sol, le empiezan a arder las ganas de volver por la misma puerta, y aquí es donde empieza la batalla de la contra-adicción, (contra-adicción, porque luchan contra algo, a lo que se han enganchado, como si de una droga se tratara, pero al fin y al cabo no es más que un estado). Se embriagan en nuevas dudas y respuestas, se elevan hacia nuevos caminos, se marchitan lentamente como flores desterradas, mueren de sed, y aún así, siguen brillando como estrellas, siendo vibración y conciencia.  

No crean nada de lo que les digo, o créanlo, no elijan solamente una realidad, solo siéntense y lean, y esperen.