Quebrantado carcajadas entre el silencio y la luna,
me voy perdiendo y de rebufo,
voy por el mundo buscando la cura,
vomitando con desprecio lo que ya no uso.
Abriendo las cicatrices que amartillan el pecho,
soltando de vez en cuando de la locura las riendas,
apuñalando la voz de un corazón maltrecho,
paseando desnuda nuevas sendas.
Encuentro la esencia, como una nueva droga
y un collar de flores cual perro engañado,
me aprieta el cuello como una soga,
llega la noche y la luna, sola, me espera en el tejado...

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