18 abr 2016

Metamorfosis en el purgatorio. (Polilla de Cecropia)



sheilauve.tumblr.com


Provengo de los bosques pausados en el tiempo, fríos en invierno y cálidos en verano. Vivo abrazada a un cerezo rodeado de abedules. Por el día duermo, por la noche, danzo al rededor de sus flores, silenciosa, para no despertarlas. Como oruga soy blandita, y camino como un acordeón. El resto de compañeras están alojadas en otras ramas, y viven, viven sin preguntarse. A veces me parecen ignorantes, y yo, yo, me siento cada vez, con toda mi pureza, un animal salvaje. No las entiendo, no me entienden, no me entiendo. Me cuestiono todo el tiempo, ah, el tiempo...
Al anochecer se oyen aullidos de seres que no comprendo, me asustan. Desde hace un tiempo, una zorra preñada pasea a los pies de mi cerezo, descansa, se acerca al río, lame y bebe el agua que fluye fresca.
Con esta última imagen decido que es el momento de convertirme en filósofa. Necesito todo el contacto con mi ser, así que, voy construyendo poco a poco con mis hilos sedosos una crisálida pequeñita y acogedora de ideas.

Aquí dentro miles de preguntas me acechan, voy descomponiendo la metamorfosis, ya no soy pureza. Pienso y razono, por lo tanto soy corrupta. Nunca más podré seguir a mis compañeras. Mi mente se expande y la crisálida me asfixia. ¿Cómo el lugar mas seguro que conozco puede asfixiarme? Ahora son mis gritos los que suenan, y aquí dentro, resuenan con eco. Hay algo más allá de esta pared de terciopelo, oigo un llanto que no reconozco, no son mis gritos, son los gritos del origen palpitante de la vida, algo florece, una nueva vida dándose paso, necesito salir, voy rompiendo la crisálida y a la vez contemplo, con nuevos ojos, el parto de la zorra preñada. Quién soy yo ahora, qué son estas alas. ¿Porqué sé usarlas? Me acerco y me poso en el lomo húmedo y rojizo del recién nacido. Ahora soy una polilla, he cambiado, no solo mi fisonomía, también mi mente. He tenido una metamorfosis predecible, lo sé. Somos animales salvajes, así que supongo que siempre lo hemos sabido; tú y yo, siempre fuimos polillas.




Sheila Uve

No hay comentarios:

Publicar un comentario