Un vis a vis más.
He visitado cárceles de todo tipo. Cárceles de piel y venas moradas, de buitres y carroña con insectos de colores, de flores agarradas a los barrotes dibujando un zig-zag,
cárceles realmente hermosas.
Cuando el vis a vis termina, salgo, me limpio los pies en la alfombra, y descalza, saco las llaves de mi celda.
Aún nadie me ha visitado. A veces imagino una escena de dibujos animados clásica; un conejo blanco se acerca con un pastel de aspecto delicioso, y, en su interior, hay escondida una lima.
Aquí dentro hace frío, pero no llueve.

No hay comentarios:
Publicar un comentario