31 may 2011

autopsiasexual


Que nos quedáramos muy quietos y alguien nos dijera qué parte de nuestro cuerpo no había sido acariciada; cuántos besos habíamos recibido, si había sido más querido una mejilla o una ceja o una oreja o los labios. Ella se lo imaginaba y le gustaba pensar que alguien, tan sólo mirando nuestros dedos, supiese si habían tocado con pasión o simplemente por rutina. Si nuestros ojos habían sido mirados con deseo o nuestra lengua había conocido muchos congéneres. ¿Cuántos mordiscos, cuántos susurros, cuántos chupetones hemos sentido? Un cómputo de números sobre nuestro sexo, nuestra lujuria, nuestro placer solitario.
Y según ella lo mejor era que cuando acabase esa autopsia sabríamos que estábamos vivos, que podíamos mejorar y lograr que nos acariciasen, que deseáramos, que amáramos y nos amasen.


4 comentarios:

  1. Cómo olvidarme de esta gran novela joder <3
    Qué gran genio Albert Espinosa *-*

    ResponderEliminar
  2. Ella pasándoselo teta y a yo camino a la reconstrucción de la virginidad ._.

    ResponderEliminar
  3. Cada día me gustan más tus entradas, espero que andes bien, y sobre todo, que seas un poco más feliz que ayer <3

    ResponderEliminar